domingo, 7 de febreiro de 2016

Parir no es una hora corta

He conocido mujeres con partos horribles. Mujeres como tú y como yo, normales, que esperaban de los sanitarios lo mejor. Mujeres que se creían a salvo. Independientes y cultas. Inteligentes. Trabajadoras. Quizás por eso ni sintieron el aliento patriarcal en el cogote. Mujeres sanas que salen del hospital hechas jirones. A las que no se les permite quejarse porque su bebé está sano. Las que no se atreven, de puro moderno superwoman, a reconocerse humilladas, víctimas de una violencia que es invisible a los ojos de la sociedad. Violencia obstétrica. Las he visto en shock, mirada perdida, cargando cicatrices y culpas, heridas de muerte porque ni son mujeres ni madres ni consiguen sentir apego por la criatura que les entrega la enfermera envuelta y perfumada. Mujeres que han visto la muerte en el espejo... Pero vuelven. Y nos lo cuentan. No se resignan, luchan, aprenden a andar aligerando la mochila. Y vuelven a parir y lo hacen como diosas. Fuertes. Libres. Decididas. Brillan. Porque cómo, cuándo, dónde y con quién parir importa. No es un trámite, no es una horita corta...

Parir non é unha hora curta
Coñecín mulleres con partos horribles. Mulleres coma ti e coma min, normais, que esperaban dos sanitarios o mellor. Mulleres que se crían a salvo. Independentes e cultas. Intelixentes. Traballadoras. Quizais por iso nin sentiron o alento patriarcal no cocote. Mulleres sas que saen do hospital feitas farrapos. Ás que non se lles permite queixarse porque o seu bebé está san. As que non se atreven, de puro moderno superwoman, a recoñecerse humilladas, vítimas dunha violencia que é invisible ós ollos da sociedade. Violencia obstétrica. Mireinas en shock, ollada perdida, cargando cicatrices e culpas, feridas de morte porque nin son mulleres nin nais nin conseguen sentir apego pola criatura que lles entrega a enfermeira envolta e perfumada. Mulleres que miraron a morte no espello... Pero volven. E cóntannolo. Non se resignan, loitan, aprenden a andar alixeirando a mochila. E volven parir e fano como deusas. Fortes. Libres. Decididas. Brillan. Porque como, cando, onde e con quen parir importa. Non é un trámite, non é unha horiña curta...

Ilustración de Melanie Mikecz

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