Chus, hablando en concreto de las
madres, ¿sería posible hacer hipopresivos durante el embarazo o durante la lactancia? Y
¿cuándo podríamos comenzar tras el parto?
En cualquiera de los tres supuestos,
optando siempre por la precaución y por la supervisión de profesionales
cualificados bajo un equipo multidisciplinar. Durante el embarazo, como ya he
señalado anteriormente,
resulta un perfecto aliado para la preparación al parto.
Tal y como Tamara Rial (directora del I+D del International Hipopressive &
Physical Therapy Institute y co-fundadora de Low Pressure Fitness) explica, y puedo corroborar por mi experiencia profesional con embarazadas, nuestro
objetivo con su práctica durante el embarazo es el de mantener activa
físicamente a la futura parturienta, asegurándole incuestionables beneficios
tales como:
-
- Un adecuado mantenimiento postural en
constante adaptación a las diferentes etapas y progresión de su embarazo.
-
- Un entrenamiento específico
respiratorio y de la musculatura abdomino-perineal que prevendrá y disminuirá
el dolor lumbar tan habitual durante estos meses.
-
- La preparación del organismo para el
momento del parto y posterior recuperación tras este.
Estos beneficios serán tanto en el caso de
que la embarazada no haya practicado esta modalidad previamente como en el de que
sí lo haya hecho. En este segundo supuesto se ha observado una recuperación física mayor en el posparto en comparación con
otros embarazos, ausencia del dolor lumbar
gestacional y de incontinencia urinaria. Por supuesto, todo ello siempre y
cuando la actividad física no esté contraindicada facultativamente y partiendo de un embarazo sin
riesgo –sin presencia de anemia severa, arritmia, crecimiento uterino anormal,
hipertensión, diabetes tipo 1, bronquitis crónica, bajo peso o hipertiroidismo
poco controlado–. Low Pressure Fitness, a diferencia del ejercicio hipopresivo
tal y como lo conocemos, no precisa de la ejecución de la fase de apnea si no se
desea, pudiendo adaptarse de manera completamente personalizada a cada
embarazada, eliminando de la rutina esa fase respiratoria, no tanto por la
potencial hipoxia generada en el feto al tratarse de “tiempos en apnea” no lo
suficientemente prolongados para ello, sino por la intensa activación visceral,
útero incluido, que sí podría provocar la aparición de contracciones,
precipitando el proceso. De hecho, siempre bajo prescripción y consentimiento
facultativo, en algún que otro caso de embarazadas ya ejercitadas y con un buen
dominio de la técnica con anterioridad al embarazo, a partir de la semana 38/39, sí se ha vuelto a incluir en la rutina la fase de apnea debidamente
adaptada.
Tras el parto nos llegan las
siguientes dudas: ¿Cuándo puedo comenzar la práctica de
hipopresivos? ¿En el
posparto inmediato, del primer al décimo día tras el parto, o esperamos al
posparto tardío, desde el onceavo día al 42? Habiéndoseme practicado una cesárea, ¿cuándo
puedo comenzar con la gimnasia hipopresiva? Durante la lactancia, ¿puedo
realizar hipopresivos? Y ¿con diastasis abdominal es recomendable realizar
hipopresivos?
Pues la verdad es que, aunque esta
técnica cada vez está más reconocida como óptima estrategia de recuperación
posparto, todavía nos encontramos cierta disparidad de opiniones con respecto
a todas estas cuestiones. Abordamos la primera ya desde la
perspectiva de Low Pressure Fitness, una vez más referenciando las aportaciones
realizadas por Tamara Rial y trasladando lo experimentado personalmente por mi
profesión. Tanto la Doctora Rial como en mi propia
opinión, coincidente con la de muchos otros profesionales y siempre que no
haya contraindicación médica, a partir de la sexta semana se puede
comenzar la gimnasia posparto, ejercicios Kegel y los ejercicios abdominales a
realizar serán siempre hipopresivos, con la supervisión de un fisioterapeuta o
profesional LPF que indicará la musculatura correcta a contraer y cómo
hacerlo. No obstante, y a pesar de que estos ejercicios también se encuentran
indicados en los casos de cesárea, al tratarse de una intervención quirúrgica
abdominal, es recomendable esperar tres meses y siempre realizar una valoración
con un profesional de la salud antes de comenzar. Durante el puerperio inmediato, aunque recientemente ha sido publicado un
estudio en el que se analizaron los efectos de practicar hipopresivos en el
posparto inmediato sobre dos mujeres (30 y 18 años), parto vaginal, con
presencia de más de 3 cm de diastasis abdominal inicial (valorada a las 8–13
horas de haber dado a luz junto a perímetro torácico y abdominal) y
hospitalizadas durante las 48 primeras horas desde el nacimiento, se aplicó un protocolo
de hipopresivos durante esas primeras 48 horas, ejecutándose cuatro posturas en
las posiciones de decúbito supino, sedestación, bipedestación y bipedestación con flexión de tronco,
repitiendo cada postura dos veces, con una apnea máxima de 8 segundos en cada
repetición. Aunque ambos casos redujeron la diastasis abdominal alrededor de un
centímetro y se trata de resultados que podríamos considerar prometedores, pues
quizá la intervención temprana durante las primeras horas tras el parto puedan
ser clave para la reducción de la diastasis abdominal que tanto cuesta
recuperar tras el embarazo, resulta difícil saber si la recuperación fue por el
efecto del hipopresivo o por un efecto natural de recuperación. Además, hubiera
sido interesante conocer si realmente la realización de estos ejercicios en las
primeras 48 horas ayudan a la involución uterina y/o si intervinieron en mayor
o menor grado en el proceso de lactancia (Rial, Low Pressure Fitness).
Durante la lactancia, la subida de
leche se produce durante los tres primeros días del puerperio, latente todavía
la involución uterina, así como el exceso de laxitud en la musculatura
abdominoperineal. En mi opinión, personal esta vez, comenzar con la práctica
de LPF e hipopresivos entonces, puerperio inmediato, atenta un poco contra la
propia fisiología. Prefiero siempre dar ese margen de tiempo de recuperación al
cuerpo y respetar su propio ritmo y esperar a que finalice el puerperio para
iniciar la actividad, cuando la lactancia ya está asentada y establecida,
evitando así cualquier tipo de posible interferencia sobre ella. Como conclusión, y pasado el período
de tiempo establecido dependiendo de si ha sido un parto vaginal o
mediante cesárea, al tratarse de un programa diseñado siempre “a baja presión”,
LPF también está indicado tras el parto principalmente con la finalidad de
restaurar la estática pelviana y de la columna vertebral. Nuestro objetivo
consistiría en, progresiva y paulatinamente, devolver al cuerpo y al organismo
a su estado inicial mediante una estrategia poco “presiva” para la columna
vertebral y el suelo pélvico y readaptarlo para actividades que en un futuro
pudieran conllevar mayor intensidad de impacto. Destacaríamos entre los beneficios de
la práctica de LPF en la fase posparto, la descongestión pélvica y visceral,
la recuperación postural y la mejora de la vascularización. Generalizando, porque después siempre se valoraría y se tendría en cuenta la situación y
las condiciones de cada mujer tras el parto, finalizado el puerperio ya podría
iniciarse la práctica, siendo el profesional Low Pressure Fitness, el
que planifique la progresión de las ejecuciones y rutinas a ir abordando,
siempre en consonancia y coordinación con el facultativo.
Muchas gracias a Chus por toda la información. Si notas tu suelo pélvico flojo, tienes diastasis abdominal o incontinencia urinaria, no dudes en buscar un profesional Low Pressure Fitness en tu zona. Merece la pena.
Muchas gracias a Chus por toda la información. Si notas tu suelo pélvico flojo, tienes diastasis abdominal o incontinencia urinaria, no dudes en buscar un profesional Low Pressure Fitness en tu zona. Merece la pena.
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