Y esta es nuestra historia
Así conocimos y nos despedimos de Mai
El lunes 2 de marzo lo pasé con calambres por la pelvis y el sacro
dolorido. Sobre las 6 de la tarde empecé a pensar que se trataba de
contracciones. Hablé con la matrona, opinaba lo mismo pero, al ser
totalmente irregulares, seguimos esperando. Con mis antecedentes podrían
ser pródromos durante días (mi anterior parto había durado 36
horas). A eso de las 9 empiezo a estar muy incómoda, sigo con
contracciones irregulares pero son intensas, no estoy cómoda en ninguna
postura. Pienso que los niños alborotando me están descentrado. Me tumbo
de lado en la cama intentando descansar. No me quiero hacer ilusiones,
pienso que todo va a parar. Empiezo a gritar las contracciones. A las
22:50 noto un golpe en el trasero y un "pum". Enseguida fluye el líquido
caliente. Voy al baño y lo confirmo: rotura sin duda, aguas claras,
todo perfecto. Me da un subidón tremendo, lloro y río a la vez, estoy
eufórica. Nunca rompí aguas, me hacía ilusión. Vuelvo a la cama armada
con empapadores y toalla. Hablo con la matrona y decidimos esperar
contracciones regulares. Aún puede quedar mucho, la línea púrpura está
igual. Pero yo estoy super salvaje, me arrancó la ropa, en el espejo veo
una mamífera, me parece que estoy pariendo ya, que es todo demasiado
intenso para 2 cm de dilatación. Vuelvo al baño y, al sentarme, hago 3
pujos involuntarios. ¿Cómo va a salir ya? Sigo loca, me veo la línea y
está igual. Tengo miedo. ¿Aguantaré tal intensidad muchas horas? Canto
otra contracción. Estoy a 4 patas en la cama, todo encendido, los niños,
la tele... Entra el tripadre y me dice: "tienes el cordón fuera".
"Ambulancia", grito, "ambulancia, que es cesárea". La matrona por
teléfono me aconseja ponerme culo en pompa e intentar meter el cordón,
mantenerlo dentro para que esté hidratado. Los del 061 preguntan
estupideces como cada cuánto son las contracciones. "¿Qué contracciones?
¡Que manden ambulancia ya, cojones!". Se me activa el modo sanitario y
soy capaz de pensar desde fuera, como si no fuese ni mi cuerpo ni mi
bebé. No consigo meter el cordón pero lo sujeto con una toalla como
puedo, en la postura en la que estoy. La dichosa ambulancia que no
llega, el tripadre desesperado, saliendo entrando, queriéndome llevar en
el coche (imposible con 2 niños y 2 sillas), insistiendo a la
ambulancia. La matrona avisando al hospital, también desesperados por la
tardanza, porque saben que nos la estamos jugando. Por fin llegan y
vienen médica y enfermera a "evaluarme". ¿Pero qué broma es esta? Es
prolapso, es traslado urgente, ya hablaremos en la ambulancia. Las dos
viendo para mí, paradas, sin saber qué hacer. El tripadre sale. El
conductor no quiere bajar la ambulancia hasta la puerta por si se rasca
con las ramas del camino. Ni siquiera llevan la camilla porque "primero
hay que evaluar". Que no es una gripe, ¡¡¡¡coño!!!! Llaman al hospital,
el ginecólogo les repite que metan el cordón y empujen la presentación
hacia arriba, que hay que evitar que haga presión. La médica que no
sabe, la enfermera que tampoco y encima se empeña en buscar el latido
con el fonendo, apoyándome la manaza en el sacro, y venga que le digo
que no me toque, que me provoca contracciones y esto hay que pararlo. En
ese momento me doy cuenta de que tengo 4 sanitarios mirándome sin hacer
nada, sin saber qué hacer y sé que cada minuto es una secuela más
grave, es una esperanza menos. Deciden llamar a la UVI móvil. Y no
llega, se pierden. Entonces se les ocurre que salgamos a buscarla. Por
fin bajan la camilla de palas porque ahora se han vuelto super expertos
en el tema y, claro, no pueden cambiarme de postura. Entra la camilla.
Le piden empapadores al tripadre y, entre el conductor y él, me suben
hasta la ambulancia. Me voy machacando las piernas con la dureza e
inestabilidad de la camilla. Las tengo llenas de negrones. Pido por
favor que me pongan una toalla o algo blando para apoyarlas. Unos 10
minutos después llegamos a la UVI. La médica me grita "¡¡¡¡pero en qué
postura vienes!!!! Qué vamos, ¿¿¿de partos guays???". La miro y le
suelto, a grito pelado: "pero qué dices de partos ni hostias, me pongo
en la postura que me han dicho, a mí qué me cuentas". Me tumba boca
arriba en la camilla, las piernas más altas. Consigue meter el cordón y
empujar la presentación: "Podálica". Alucino. "Meconio". "Vas a
cesárea". Me dice y se disculpa y empieza a preguntarme por la actuación
de sus "compañeros". Creo que flipa tanto como yo. Y discute con los
gines del hospital, que siguen esperándome, porque quiere meterme
directa a quirófano mientras que ellos insisten en que vaya por
urgencias. Allí me atienden, por fin, como una hora después o más. En el
ecógrafo, apenas perceptible, un débil latido. "Vamos a intentarlo", me
dice el gine, y yo entiendo parto vaginal. En ese momento no reacciono,
no me doy cuenta de que es "vamos a intentar sacarla viva". Volamos por
fin a quirófano. Hay muchísima gente, veo a mi matrona. ¡Ha llegado a
la par viviendo a una hora de distancia! Se me presenta la anestesista.
"Anestesia general". Iba a preguntar por la raquídea pero intuyo que no
procede. Me pone la mascarilla mientras me sacan los zapatos, me cortan
la bata que llevaba puesta, mi matrona me coge la mano, le pido que se
ocupe de Mai. El tripadre está fuera, en el coche, con los niños
dormidos. Mai nació y murió a la 1:20 del martes 3 de marzo por prolapso
de cordón tras romper aguas de forma espontánea. Me despierto, mi
matrona a mi lado. Dice que le pregunto qué pasó. Me cuenta que murió en
mi barriga, que la trataron con respeto, que ni la reanimaron, el Apgar
era 0. Me guardaron la placenta, me dieron sus huellas de manos y pies.
Las matronas fueron a sustituir al tripadre al coche para que entrase a
despedirse mientras yo aún dormía. Después volvió a casa a buscar el
material para imprimir la placenta. A mí tardaron mucho en coserme, hubo
abundante sangrado, estaba de unos 4 cm, el segmento estaba engrosado,
me quedé en 27 de hematocrito. Me trajeron a mi niña y estuvimos horas
piel con piel. La matrona nos hizo unas fotos terriblemente bellas. Mi
niña perfecta, de 3,5 kg, pelo castaño, parecida a su hermano mayor con
un toque del pequeño. Tan gordita. Parecía solo dormida. Yo la
acariciaba. Todos lloraban y a mí se me caían los párpados del sueño. El
ginecólogo vino a decirme que por dentro estaba todo perfecto, que
podría tener otro bebé. Me preguntó si estaba amamantando. Al decirle
que no me ofreció las pastillas o esperar. Después supe que estaba
arrepentido por haberme puesto en peligro operándome por la mínima
esperanza de sacar a la niña viva, que no sana. Pero yo hubiese hecho lo
mismo. Se llevan a mi niña, me suben a la habitación. Todo el mundo es
muy amable, me acarician, me sonríen, no hablan del tema. Me ingresan en
maternidad, al menos sola, pero oigo a los bebés de otras llorar. Estoy
con suero, sonda, antibiótico, heparina, hierro en vena... Un trapo.
Lloro y estoy en paz, lloro y sigo en shock, no puedo llorar, la barriga
me abrasa. A las 36 horas de la cesárea y a petición propia, me dan el
alta. Nunca imaginé escribir esto. En los hospitales no se mueren los
bebés... 1% de prolapso de cordón en posición podálica. 3-5% de
podálicas a término. Y encima no se puede inscribir en el libro de
familia... Mai no existe para el estado...
E esta é a nosa historia
Así coñecimos e despedimos a Mai
O luns 2 de marzo paseino con cambras pola pelve e o sacro dorido.
Sobre as 6 da tarde empecei a pensar que se trataba de contraccións.
Falei coa matrona, opinaba o mesmo pero, ó ser totalmente irregulares,
seguimos esperando. Cos meus antecedentes poderían ser pródromos durante
días (o meu anterior parto durara 36 horas). A iso das 9 empezo
a estar moi incómoda, sigo con contraccións irregulares pero son
intensas, non estou cómoda en ningunha postura. Penso que os nenos
alborotando me están descentrado. Déitome de lado na cama intentando
descansar. Non me quero facer ilusións, penso que todo vai parar. Empezo
a gritar as contraccións. Ás 22:50 noto un golpe no traseiro e un
"pum". Flúe o líquido quente. Vou ó baño e confírmoo: rotura sen dúbida,
augas claras, todo perfecto. Dáme un subidón tremendo, choro e río á
vez, estou eufórica. Nunca rompín augas, facíame ilusión. Volvo á cama
armada con empapadores e toalla. Falo coa matrona e decidimos esperar
contraccións regulares. Aínda pode quedar moito, a liña púrpura está
igual. Pero eu estou super salvaxe, arríncome a roupa, no espello vexo
unha mamífera, paréceme que estou parindo xa, que é todo demasiado
intenso para 2 cm de dilatación. Volvo ó baño e, ó sentarme, fago 3
puxos involuntarios. Como vai saír xa? Sigo tola, véxome a liña e está
igual. Teño medo. Aguantarei tal intensidade moitas horas? Canto outra
contracción. Estou a 4 patas na cama, todo acendido, os nenos, a tele...
Entra o tripai e dime: "tes o cordón fóra". "Ambulancia", grito,
"ambulancia, que é cesárea". A matrona por teléfono aconséllame poñerme
cu en pompa e intentar meter o cordón, mantelo dentro para que estea
hidratado. Os do 061 preguntan parvadas como cada canto son as
contraccións. "Que contraccións? Que manden ambulancia xa, carallo!".
Actívaseme o modo sanitario e son capaz de pensar desde fóra, como se
non fose nin o meu corpo nin o meu bebé. Non consigo meter o cordón pero
suxéitoo cunha toalla como podo, na postura en que estou. A maldita
ambulancia que non chega, o tripai desesperado, saíndo entrando,
queréndome levar no coche (imposible con 2 nenos e 2 cadeiras),
insistindo á ambulancia. A matrona avisando ó hospital, tamén
desesperados pola tardanza, porque saben que nola estamos xogando. Por
fin chegan e veñen médica e enfermeira a "avaliarme". Pero que broma é
esta? É prolapso, é traslado urxente, xa falaremos na ambulancia. As
dúas vendo para min, paradas, sen saber que facer. O tripai sae. O
conductor non quere baixar a ambulancia ata a porta por se a raia coa
ramaxe do camiño. Nin sequera levan a padiola porque "primeiro hai que
avaliar". Que non é unha gripe, coño!!!! Chaman ó hospital, o xinecólogo
repítelles que metan o cordón e empurren a presentación cara a arriba,
que hai que evitar que faga presión. A médica que non sabe, a enfermeira
que tampouco e enriba empéñanse en buscar o latexo co fonendo,
apoiándome a man no sacro, e veña que lle digo que non me toque, que me
provoca contraccións e isto hai que paralo. Nese momento decátome de que
teño 4 sanitarios mirándome sen facer nada, sen saber que facer e sei
que cada minuto é unha secuela máis grave, é unha esperanza menos.
Deciden chamar á UVI móbil. E non chega, pérdense. Entón ocórreselles
que saiamos buscala. Por fin baixan a padiola de pas porque agora
volvéronse super expertos no tema e, claro, non poden cambiarme de
postura. Entra a padiola. Pídenlle empapadores ó tripai e, entre o
conductor e el, sóbenme ata a ambulancia. Vou machucando as pernas coa
dureza e inestabilidade da padiola. Téñoas cheas de negróns. Pido por
favor que me poñan unha toalla ou algo brando para apoialas. Uns 10
minutos despois chegamos á UVI. A médica bérrame "pero en que postura
vés!!!! Que imos, de partos guays???". Míroa e sóltolle, a grito pelado:
"pero que dis de partos nin hostias, póñome na postura que me dixeron, a
min que me contas". Tómbame boca arriba na padiola, as pernas máis
altas. Consegue meter o cordón e empurrar a presentación: "Podálica".
Alucino. "Meconio". "Vas a cesárea". Dime e désculpase e empeza a
preguntarme pola actuación dos seus "compañeiros". Creo que flipa tanto
coma min. E discute cos xines do hospital, que seguen esperándome,
porque quere meterme directa a quirófano mentres que eles insisten en
que vaia por urxencias. Alí aténdenme, por fin, como unha hora despois
ou máis. No ecógrafo, apenas perceptible, un débil latexo. "Imos
intentalo", dime o xine, e eu entendo parto vaxinal. Nese momento non
reacciono, non me decato de que é "imos intentar sacala viva". Voamos
por fin a quirófano. Hai moitísima xente, vexo a miña matrona. Chegou á
par vivindo a unha hora de distancia! Preséntaseme a anestesista.
"Anestesia xeral". Ía preguntar pola raquídea pero intúo que non
procede. Ponme a máscara mentres me sacan os zapatos, cortan a bata que
levaba posta, a miña matrona cólleme a man, pídolle que se ocupe de Mai.
O tripai está fóra, no coche, cos nenos durmidos. Mai naceu e morreu á
1:20 do martes 3 de marzo por prolapso de cordón tras romper augas de
forma espontánea. Esperto, a miña matrona ó meu lado. Di que lle
pregunto que pasou. Cóntame que morreu na miña barriga, que a trataron
con respecto, que nin a reanimaron, o Apgar era 0. Gardáronme a
placenta, déronme as súas pegadas de mans e pés. As matronas foron
substituír o tripai ó coche para que entrase a despedirse mentres eu
aínda durmía. Despois volveu a casa buscar o material para imprimir a
placenta. A min tardaron moito en coserme, houbo abundante sangrado,
estaba duns 4 cm, o segmento estaba engrosado, quedei en 27 de
hematocrito. Trouxéronme a miña nena e estivemos horas pel con pel. A
matrona fíxonos unhas fotos terriblemente belas. Miña nena perfecta, de
3,5 kg, pelo castaño, parecida o seu irmán maior cun aquel do pequeno.
Tan gordiña. Parecía só durmida. Eu acariciábaa. Todos choraban e a min
caíanseme as pálpebras do sono. O xinecólogo veu dicirme que por dentro
estaba todo perfecto, que podería ter outro bebé. Preguntoume se estaba
aleitando. Ó dicirlle que non ofreceume as pastillas ou esperar. Despois
souben que estaba arrepentido por terme posto en perigo operándome pola
mínima esperanza de sacar a nena viva, que non sa. Pero eu faría o
mesmo. Lévanse a miña nena, sóbenme ó cuarto. Todo o mundo é moi amable,
acarícianme, sorrinme, non falan do tema. Ingrésanme en maternidade,
polo menos soa, pero escoito os bebés de outras chorar. Estou con soro,
sonda, antibiótico, heparina, ferro en vea... Un trapo. Choro e estou en
paz, choro e sigo en shock, non podo chorar, a barriga abrásame. Ás 36
horas da cesárea e a petición propia, danme de alta. Nunca imaxinei
escribir isto. Nos hospitais non morren os bebés... 1% de prolapso de
cordón en posición podálica. 3-5% de podálicas a termo. E, ademais, non
se pode inscribir no libro de familia... Mai non existe para o estado...
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