martes, 25 de setembro de 2018

Hipopresivos para madres

Seguimos haciendo hipopresivos Low Pressure Fitness de la mano de Chus Lurueña. En esta segunda parte de su entrevista nos da una información muy importante para las que somos madres. Si no has leído la primera, aquí la tienes: Haciendo hipopresivos


Chus, hablando en concreto de las madres, ¿sería posible hacer hipopresivos durante el embarazo o durante la lactancia? Y ¿cuándo podríamos comenzar tras el parto?
En cualquiera de los tres supuestos, optando siempre por la precaución y por la supervisión de profesionales cualificados bajo un equipo multidisciplinar. Durante el embarazo, como ya he señalado anteriormente, resulta un perfecto aliado para la preparación al parto. Tal y como Tamara Rial (directora del I+D del International Hipopressive & Physical Therapy Institute y co-fundadora de Low Pressure Fitness) explica, y puedo corroborar por mi experiencia profesional con embarazadas, nuestro objetivo con su práctica durante el embarazo es el de mantener activa físicamente a la futura parturienta, asegurándole incuestionables beneficios tales como:

-          - Un adecuado mantenimiento postural en constante adaptación a las diferentes etapas y progresión de su embarazo.
-          - Un entrenamiento específico respiratorio y de la musculatura abdomino-perineal que prevendrá y disminuirá el dolor lumbar tan habitual durante estos meses.
-          - La preparación del organismo para el momento del parto y posterior recuperación tras este.


Estos beneficios serán tanto en el caso de que la embarazada no haya practicado esta modalidad previamente como en el de que sí lo haya hecho. En este segundo supuesto se ha observado una recuperación física mayor en el posparto en comparación con otros embarazos, ausencia del dolor lumbar gestacional y de incontinencia urinaria. Por supuesto, todo ello siempre y cuando la actividad física no esté contraindicada facultativamente y partiendo de un embarazo sin riesgo –sin presencia de anemia severa, arritmia, crecimiento uterino anormal, hipertensión, diabetes tipo 1, bronquitis crónica, bajo peso o hipertiroidismo poco controlado–. Low Pressure Fitness, a diferencia del ejercicio hipopresivo tal y como lo conocemos, no precisa de la ejecución de la fase de apnea si no se desea, pudiendo adaptarse de manera completamente personalizada a cada embarazada, eliminando de la rutina esa fase respiratoria, no tanto por la potencial hipoxia generada en el feto al tratarse de “tiempos en apnea” no lo suficientemente prolongados para ello, sino por la intensa activación visceral, útero incluido, que sí podría provocar la aparición de contracciones, precipitando el proceso. De hecho, siempre bajo prescripción y consentimiento facultativo, en algún que otro caso de embarazadas ya ejercitadas y con un buen dominio de la técnica con anterioridad al embarazo, a partir de la semana 38/39, sí se ha vuelto a incluir en la rutina la fase de apnea debidamente adaptada.

Tras el parto nos llegan las siguientes dudas: ¿Cuándo puedo comenzar la práctica de hipopresivos? ¿En el posparto inmediato, del primer al décimo día tras el parto, o esperamos al posparto tardío, desde el onceavo día al 42? Habiéndoseme practicado una cesárea, ¿cuándo puedo comenzar con la gimnasia hipopresiva? Durante la lactancia, ¿puedo realizar hipopresivos? Y ¿con diastasis abdominal es recomendable realizar hipopresivos? 
Pues la verdad es que, aunque esta técnica cada vez está más reconocida como óptima estrategia de recuperación posparto, todavía nos encontramos cierta disparidad de opiniones con respecto a todas estas cuestiones. Abordamos la primera ya desde la perspectiva de Low Pressure Fitness, una vez más referenciando las aportaciones realizadas por Tamara Rial y trasladando lo experimentado personalmente por mi profesión. Tanto la Doctora Rial como en mi propia opinión, coincidente con la de muchos otros profesionales y siempre que no haya contraindicación médica, a partir de la sexta semana se puede comenzar la gimnasia posparto, ejercicios Kegel y los ejercicios abdominales a realizar serán siempre hipopresivos, con la supervisión de un fisioterapeuta o profesional LPF que indicará la musculatura correcta a contraer y cómo hacerlo. No obstante, y a pesar de que estos ejercicios también se encuentran indicados en los casos de cesárea, al tratarse de una intervención quirúrgica abdominal, es recomendable esperar tres meses y siempre realizar una valoración con un profesional de la salud antes de comenzar. Durante el puerperio inmediato, aunque recientemente ha sido publicado un estudio en el que se analizaron los efectos de practicar hipopresivos en el posparto inmediato sobre dos mujeres (30 y 18 años), parto vaginal, con presencia de más de 3 cm de diastasis abdominal inicial (valorada a las 8–13 horas de haber dado a luz junto a perímetro torácico y abdominal) y hospitalizadas durante las 48 primeras horas desde el nacimiento, se aplicó un protocolo de hipopresivos durante esas primeras 48 horas, ejecutándose cuatro posturas en las posiciones de decúbito supino, sedestación, bipedestación y bipedestación con flexión de tronco, repitiendo cada postura dos veces, con una apnea máxima de 8 segundos en cada repetición. Aunque ambos casos redujeron la diastasis abdominal alrededor de un centímetro y se trata de resultados que podríamos considerar prometedores, pues quizá la intervención temprana durante las primeras horas tras el parto puedan ser clave para la reducción de la diastasis abdominal que tanto cuesta recuperar tras el embarazo, resulta difícil saber si la recuperación fue por el efecto del hipopresivo o por un efecto natural de recuperación. Además, hubiera sido interesante conocer si realmente la realización de estos ejercicios en las primeras 48 horas ayudan a la involución uterina y/o si intervinieron en mayor o menor grado en el proceso de lactancia (Rial, Low Pressure Fitness)

Durante la lactancia, la subida de leche se produce durante los tres primeros días del puerperio, latente todavía la involución uterina, así como el exceso de laxitud en la musculatura abdominoperineal. En mi opinión, personal esta vez, comenzar con la práctica de LPF e hipopresivos entonces, puerperio inmediato, atenta un poco contra la propia fisiología. Prefiero siempre dar ese margen de tiempo de recuperación al cuerpo y respetar su propio ritmo y esperar a que finalice el puerperio para iniciar la actividad, cuando la lactancia ya está asentada y establecida, evitando así cualquier tipo de posible interferencia sobre ella. Como conclusión, y pasado el período de tiempo establecido dependiendo de si ha sido un parto vaginal o mediante cesárea, al tratarse de un programa diseñado siempre “a baja presión”, LPF también está indicado tras el parto principalmente con la finalidad de restaurar la estática pelviana y de la columna vertebral. Nuestro objetivo consistiría en, progresiva y paulatinamente, devolver al cuerpo y al organismo a su estado inicial mediante una estrategia poco “presiva” para la columna vertebral y el suelo pélvico y readaptarlo para actividades que en un futuro pudieran conllevar mayor intensidad de impacto. Destacaríamos entre los beneficios de la práctica de LPF en la fase posparto, la descongestión pélvica y visceral, la recuperación postural y la mejora de la vascularización. Generalizando, porque después siempre se valoraría y se tendría en cuenta la situación y las condiciones de cada mujer tras el parto, finalizado el puerperio ya podría iniciarse la práctica, siendo el profesional Low Pressure Fitness, el que planifique la progresión de las ejecuciones y rutinas a ir abordando, siempre en consonancia y coordinación con el facultativo.

Muchas gracias a Chus por toda la información. Si notas tu suelo pélvico flojo, tienes diastasis abdominal o incontinencia urinaria, no dudes en buscar un profesional Low Pressure Fitness en tu zona. Merece la pena.


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