venres, 14 de decembro de 2018

Leer con los ojos abiertos

Esta semana ha muerto un recién nacido en Vigo, la ciudad de las luces. La muerte de un bebé, de tu bebé, te destruye para siempre. Él no va a volver pero cada caso debe al menos servir para intentar mejorar la atención obstétrica. Qué falló. Para eso sí estamos a tiempo. Pero preferimos destruir y, en vez de reflexionar, leemos lo que queremos creer, lo que nos encaja en nuestra idea de la vida y en estos casos suele ser sinónimo de arremeter contra el parto en casa. De lo que se publica, asimilamos lo que no es contrario a nuestra visión del mundo, obviando que todas las historias tienen sus versiones. Yo no sé qué pasó en ese parto porque las noticias difundidas no tienen la coherencia suficiente como para que las considere relato verídico de hechos. Y esto es grave. El periodismo es otra cosa. O debería. A modo de ejemplo voy a desglosar la noticia publicada en La Voz de Galicia. Es esta:

Muere un bebe en Vigo en un parto en casa sin asistencia profesional

Solo el titular nos debería sacar del debate sobre la seguridad del parto en casa, ya que se especifica que no había asistencia profesional. Los partos en casa son atendidos sobre todo por matronas, personal sanitario con competencias, según el Ministerio, para ocuparse de embarazadas, partos de bajo riesgo y recién nacidos. No, no es cierto que se necesite una UCIN ni un neonatólogo ni un ginecólog@. Precisamente ateniéndose a sus competencias, las matronas solo atienden en casa partos de bajo riesgo, de un único bebé y en cefálica. Si se da alguna complicación tienen conocimientos y material para atajarla y, de no remitir, trasladar a un hospital en un tiempo de reacción adecuado. Los estudios científicos determinan que el parto en casa, en estas condiciones, es seguro. También está clara la seguridad del parto hospitalario siempre que se respeten las recomendaciones de la Estrategia de Atención al Parto Normal, algo de lo que todavía no pueden presumir todos los hospitales. Total, solo lleva diez años publicada... Es tan peligroso quedarse corto en las intervenciones como pasarse. Estos son los datos científicos, lo demás, opiniones. El "a mí me...", "pues mi vecina..." o el parto de la abuela son experiencias, individualidades que no hacen ciencia. A igual seguridad la SS está tardando en incluir el parto en casa dentro de su cartera de servicios, como sucede en otros países europeos con buenos resultados maternofetales y menor coste para el sistema. A ver si de una vez se nos trata como adultas capaces de elegir cómo parir. Conviene recordar en este punto que hay una Ley de Autonomía del Paciente que dice que el facultativo propone y el usuari@ dispone. Es una ley.
Dicho todo esto, el comentario "Esta tragedia dispara todas las alarmas sobre la seguridad de los alumbramientos fuera del hospital" no tiene más intención que cuestionar el parto en casa que, como vimos, no es lo programado por esta familia.

"fuentes sanitarias explican". Estas fuentes deberían saber que comunicar cualquier dato de la historia clínica de los pacientes es delito. 

"En el proceso del alumbramiento, algo fue mal y no se completó la expulsión del niño". El alumbramiento es el período entre la salida del feto y la expulsión de la placenta, por lo tanto esta frase debe ponernos en alerta. Quien escribe no es experto en la materia por lo que es fácil que la información presente errores. Supongo que utiliza el término como sinónimo de nacimiento pero en un tema tan delicado las palabras importan mucho.

"confirman [desde el 061] que recibieron la llamada 'de una mujer que dijo que estaba poniéndose de parto'". Aquí la historia da un giro y deja de sostener la versión del parto sin asistencia. Si llama diciendo que está de parto es porque este se ha precipitado. Este "detalle" no se resalta, no vaya a ser que la realidad nos fastidie la noticia...

"el personal de emergencias trató de ayudar en la propia casa". En este punto un inciso para pedir a quien corresponda que se dé un mínimo de formación en emergencias obstétricas al personal de las ambulancias. La médica que vino a mi casa no sabía ni hacer un tacto.

"la madre había desistido de los controles habituales de seguimiento del embarazo". Los controles y, en general, los procedimientos médicos, no son obligatorios (leed la Ley de Autonomía), sino una opción que se ofrece, en este caso a las gestantes. De todas las pruebas que se pueden hacer durante el embarazo, no todas están respaldadas por la misma evidencia. Yo me hago un plan de embarazo y solicito las que me aportan información relevante. El resto para quien las quiera, firmo el rechazo y ya. Por otra parte, el embarazo se puede seguir de manera privada, de forma que no le consta al Sergas, tal y como hice yo en el tercero tras una discusión con una ginecóloga.

"el último mes de la gestación, que siempre es delicado". ¿Mande? Tan delicado como cualquier otro mes y, si se refiere a algo concreto, que especifique.

"ya había superado la semana 40.ª de gestación, que marca el fin del embarazo normal". Ojos en blanco. El embarazo "normal" tiene una duración comprendida entre las 37 y las 42 semanas. Superar la semana 40 no es ninguna locura ni irresponsabilidad, como parece que se sugiere. De hecho, la evidencia habla de ofrecer (ofrecer no es sinónimo de imponer, más bien de sugerir) inducción solo a partir de la 41+5. Inducir el parto tiene riesgos, avanzar en las semanas de gestación también, solo la mujer puede valorar qué riesgos asume porque es su cuerpo y su bebé y es ella la que tendrá que vivir con las consecuencias. L@s gines hacen que firmemos consentimientos que les eximen de buena parte de la responsabilidad ante complicaciones. ¿Algun@ os firma que en una inducción/cesárea no os va a pasar absolutamente nada ni a vosotras ni a vuestros bebés? Pues eso, la ponderación de riesgos es nuestra.

"Cuando el niño está colocado en posición podálica suelen ofrecerse dos opciones: una técnica llamada versión o una cesárea". Error. Los partos de nalgas completas son seguros. No lo digo yo, sino la propia SEGO, por lo que me maravilla que en numerosos hospitales la oferta se reduzca a cesárea programada (con más riesgos en este caso). Sabemos que en la actualidad pocos profesionales están formados en la atención a estos partos, pero existe, oh sorpresa, la posibilidad de actualizarse y aprender a acompañarlos, porque ni yo ni mi bebé tenemos por qué correr más riesgos existiendo una opción más segura que, simplemente, no implementan. Si yo en mi trabajo tengo que utilizar una normativa actualizada y no la que estudié durante la carrera y de mí no dependen vidas, digo yo que no será cosa loca pedir el reciclaje del personal sanitario. Nos va la vida en ello.

Este sencillo análisis nos permite cuestionar los hechos que se nos quieren ofrecer como probados en esta noticia. Circula por FB un vídeo en el que una matrona dice hablar en nombre de la familia y explica que se trató de un parto precipitado en el que, desgraciadamente, el pequeño falleció por complicaciones antes de llegar al hospital. Yo no sé cuál es la verdad pero hay elementos suficientes como para cuestionar lo que se nos vende como certeza.
Por cierto, mi hija murió por un prolapso de cordón tras una rotura prematura de membranas. Yo estaba en casa sin ninguna asistencia médica, de 40+4 y con alguna contracción irregular. De repente la bolsa se rompió, el líquido amniótico estaba perfecto y yo seguía con contracciones irregulares. Como a los 20 minutos descubrí que el cordón había prolapsado y llamamos a la ambulancia. Ni la médica ni la enfermera ni el conductor estuvieron a la altura, ni en conocimientos médicos ni en capacidad de reacción y ni siquiera en educación. Fallaron, pero no salió en las noticias. Me trasladaron a una UVI y tardamos en llegar al hospital aproximadamente una hora desde que llamamos, por autovía y sin ningún tráfico, que era madrugada. De normal tardamos, como mucho, 25 minutos. Dicen que los tiempos de respuesta se cumplieron. El papel del alta decía que yo estaba pariendo en casa. Fui a solicitar que me lo cambiasen. Cualquier extraño podría haber escrito que mi hija había muerto en un parto en casa sin asistencia. ¿Tú te lo hubieses creído? ¿Hubieses pensado que era una irresponsable? 

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